viernes, 14 de noviembre de 2008

LOS ESPACIOS

Los espacios, los lugares tienen alma… Me voy desnudando vitalmente por plazas, en bares, en restaurantes, en cines, en pisos que alquilo o en casa donde me invitan a vivir, en habitaciones de hospitales, en azoteas, en jardines, en piscinas, en escalinatas, en miradores, en cafés, en bares, en discotecas…en trenes, en aviones, autobuses, metros… En tanto lugares donde la vida se me ofrece sin máscaras y creo ser feliz por unos minutos, o unas horas, o unos días… me gusta recordar esos espacios… me gusta sentirlos como míos… ya que en esos lugares he dejado un trocito de mi mismo, un pedazo de mi corazón, un poco de mi sangre vital… ¿pero qué pasa si, por circunstancias de la vida, lo que ocurrió en ese lugar se convierte en un recuerdo amargo…? Lamentas que ocurriera y casi prefieres borrarlo de la memoria… Habrá personas que se nieguen a volver a dicho rincón… que quieran borrarlo de su memoria… Yo me niego… Prefiero exorcizar ese espacio… Volver a él… esta vez solo y recoger el trocito de mi corazón que dejé… Sentarme por unos segundos allí y mirar hacia el infinito y pensar y decirle a las piedras, a los desconchones de la pared, a la pintura, a la hierba que crecen casualmente por las rendijas de las baldosas, a las ventanas, a los edificios, al sol que alumbra ese breve espacio donde tú ya no estás… ni estarás…: “Estoy vivo… he sobrevivido… devuélveme lo que te di… no te lo quito… volveré de nuevo… lo estoy haciendo ahora… sólo quiero borrar… superponer este recuerdo al pasado muerto y enterrado… quitarle importancia a lo aquí vivido… sentirme importante en ti y para ti…” Habrá veces que necesites un avión para llegar hasta allí… otras veces una simple película servirá de terapia… Eso me ocurrió hace unos días… Hay una playa que para mí es mágica, llena de luz… de vida… donde he vivido momentos únicos… sobre ella hay una casa minimalista, pura, arquitectónica y única… con una piscina que se funde con el Atlántico…he visto crear esa casa… desde sus cimientos hasta convertirse en lo que es ahora… allí, cuando sólo era un solar, una semana santa de hace 9 años reconduje una historia de amor; apoyado contra su muro mientras los obreros hacían la mezcla para sus cimientos, otra semana santa, escribí un cortometraje que nunca rodé; la visité con mis amigos y la revisité con Rosana en un verano lleno de luz… Un verano después, en su playa, a sus pies, creí sentir la punzada del amor…

El mismo día que asistí al entierro de ese amor… para evadirme y olvidar el dolor… me metí en el cine… a ver la nueva película de Agustín Díaz Yanes, “Sólo quiero caminar”… en esa casa y sus alrededores, donde yo he dejado tantos trocitos de mi corazón… se desarrolla uno de los momentos más importantes de la película, el detonante… El encuentro de una de las protagonistas con el que será su futuro marido… Cuando la vi, quise salirme de cine… Sentí un cierto ahogo… pero reconduje mi propio dramatismo melodramático… y me dejé llevar por las imágenes que allí transcurrían: unas putas mamándoselas a unos mafiosos mexicanos, un mafioso que le pide a la puta que se la acaba de chupar que se casé con él, un asesinato a bocajarro a lado de la piscina con “la playa de los alemanes” a los pies, el Atlantico … y esos disparos fueron sanadores… no necesité viajar… Esos disparos habían matado el recuerdo… habían localizado “el núcleo del error” y lo habían aniquilado… habían amontonado un nuevo recuerdo… quitándole protagonismo al anterior… supe que mi destino era volver a viajar y amontonar… borrar las horas vividas y compartidas… volver a los sitios y dotarlos de un nuevo significado… llenarlos de verdad y aniquilar la mentira… Sólo me queda un sitio de los vivido en el que me es imposible entrar… Un sitio tan lleno de recuerdos, de años, de vivencias, de días, de noches, de amigos, de amor, de sexo, de música, de proyectos escritos, de descubrimiento, de amantes, de lloros, de cine, de teatro… Me refiero a mi casa en Sevilla… se la entregué tan solo conocerlo… y ahora allí han brotado nuevos recuerdos… que no puedo borrar… y sobre los que no puedo edificar nada nuevo… Pero me queda mucha vida… y muchas balas en el cargador… balas como las que aniquilaron mi recuerdo de la playa de los alemanes… balas que llenaran ese lugar profanado de vida.

6 comentarios:

patry dijo...

Me has estremecido y a la vez me has dado un gran consejo.
Un abrazo enorme.

Amador Aranda Gallardo dijo...

Yo incluiría en ésta relación a las ciudades, que también forman parte a veces de nuestras vidas, y que nos cambian, o nos hacen fuertes ante los cambios. Son a veces extrañas las relaciones que mantenemos con los objetos, en fin, son nuestras, al fin y al cabo.

Un besote desde Granada, que también es una ciudad influyente, para algunos, y para otros, no tanto.

Anónimo dijo...

Te quiero guapo!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Ya estoy por aquí. A pesar de haber oído esta entrada narrada por tí y frente a frente... es estremecedora. Lo es porque lleva razón. Comparto lo que dice. Y creo en ello.
A mi además de con lugares, me sucede con canciones, con películas... Y sólo tenemos dos opciones: o deplorarlas al fondo de nuestra alma y no sacarlas de allí o practicarles un exorcismo.
Unas duelen más que otras... cárgate de agua bendita (o de gin tonics) y comienza el rito para expulsar el maligno...
Suerte y muchos besos.

Unos zarcillos pa mi luna : dijo...

Pandilla de fetichistas que deambulamos por el mundo ¿eh?...lo mejor es como nos curramos el emporio para terminar convirtiendo el negociete en cesión...hay que ser enmayao!!...¿y ahora nos comemos los mocos verdad?...sólo queda una, reconciliarnos. Reconquistar lo que fue nuestro y ahora mutado es de otros terceros, cuartos o quintos en la escala del registro de tu propiedad...la putada, es que tarda, tarda en volver a sonar, a proyectar, a oler, a pasearse del modo origen....

En el peor de los casos, nunca se recupera.

En cuanto a ese rincón, jamás pondría en duda que es y continuará siendo tuyo, nunca de él.

No pierdas de vista que en un mismo nivel, también yo soy propietaria de este chalete...estoy segura que hay más repartidos por el mundo, esto me hace pensar en aquello de los seis grados....y al final resulta que su futuro quinto noviete, una noche le es infiel y enculando al hijo menor del que fuera mi amante, le pregunta si ha estado en zahara y si conoce una casa majestuosa y moderna en la cima de los "alemanes", y éste otro le responde que su padre llevó a toda su familia en el verano del 2008 expiando una relación clandestina con una chica sureña....

Amigo, porque te quiero y las cosas que son de uno nunca dejan de serlo, te quiero y te envío este beso tan mío como tuyo.

Justo dijo...

Qué bonito, Antonio..