martes, 13 de abril de 2010

AÑORANZA

AÑORANZA

Durante el pasado año encontré un grupo de trabajo que me ha hecho plenamente feliz… Recuerdo el día que Tedy Villalba me llamó para ofrecerme la serie sobre la vida de Paquirri, coincidió con el día del nacimiento de mi sobrino nieto y estaba por Martos… Me pidió que le recomendará otro guionista y yo pensé en Carmen Pombero… pasaron los días y el grupo se fue fraguando y Telecinco dio el pistoletazo de salida… Había que buscar a un director que se hiciera cargo del proyecto y el elegido fue Salva Calvo…

Tedy es un productor de una sensibilidad especial… favorece la creación, sabe que el grupo debe estar unido y que el director debe estar en la primera fase de la construcción del guión… para luego desaparecer cuando nos dispongamos a dialogar… ya que la mirada del director sobre el guión es lo que hace posible que las palabras tomen vida…

Siento añoranza de esas largas reuniones llenas de discusiones creativas… Carmen, Salva y yo íbamos desbrozando la historia… Salva nos criticaba de melodramáticos… nosotros lo criticábamos por esteticista… y Tedy desde un segundo plano, respetuoso y sereno, nos dejaba inventar… y veía como disfrutábamos de nuestro trabajo por muchos gritos que yo diera desde mi impetuosidad…

Mientras todo esto ocurría y la serie cobraba forma… una seria amistad se fraguaba entre los cuatro y entre el resto del equipo que iba incorporándose, poco a poco, al proceso. Tan buenos fueron los resultados… que concluido el guión… ya teníamos un nuevo proyecto en la mesa: La Duquesa…




En un principio era una historia menos llamativa que la pasión sin limites de Paquirri y a todos nos costó más hacerla nuestra. Tedy tuvo paciencia y sabía que encontraríamos la puerta para entrar en esa historia y al final la puerta se abrió y volvimos a hacer un gran trabajo…

La Duquesa toma vida definitivamente hoy a las 22:00 en Telecinco. Hoy siento añoranza de ese trabajo… de esas personas. Por distintos motivos los cuatro andamos metidos en diferentes proyectos, (Carmen y yo continuamos escribiendo juntos)… Ayer hablaba con Carmen, este finde lo hacía con Salva… y la conversación era la misma, se repetía… Añorábamos esa forma de trabajar en grupo, consensuando todo entre director, productor y guionista. Haciendo que cada secuencia llevará casi escrito el plano adecuado para el director…

Un trabajo en grupo maravilloso que pocas veces se da… ya que muy pocos productores apuestan por esta forma… Lo normal, en el mundo de la televisión y a veces en el cine, es que el guionista escriba por su cuenta… y luego el director no le quede más remedio que aceptar lo ya escrito y conformarse con unos pequeños cambios pactados a última hora cuando todo está preparado para que se diga acción… En cambio con Tedy la cocción es lenta… todo se hace en equipo… y el resultado lo veréis esta noche… yo me siento muy orgulloso de él… porque como decía Kavafis, lo importante es el camino… y yo durante el mismo he aprendido, he disfrutado, me he enfadado y he sabido defender una idea y plasmarla definitivamente en el guión… Por todo esto siento añoranza del trabajo bien hecho… Espero que dentro de poco, volvamos a estar juntos y podamos seguir perpetrando proyectos únicos…


martes, 6 de abril de 2010

DROGAS PARA OLVIDAR

En un interesante y acertado artículo editado hoy por el país, se puede leer esto: "Falta mucho aguante. En vez de afirmar: 'Me siento hecho polvo porque me han traicionado o mentido, o porque he fracasado, o me han prejubilado', la tendencia es que se recurre a la enfermedad para borrar con un analgésico nuestros resentimientos, odios, inseguridades". El artículo gira entorno al uso de los antidepresivos y se titula: “Conjurar la tristeza con píldoras”… os dejo el link:

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Conjurar/tristeza/pildoras/elpepisoc/20100406elpepisoc_1/Tes

Tras su lectura, me ha dado por pensar que el mundo y la droga, que Ray Loriga dibuja en su magnifica novela “Tokio ya no nos quiere”, tal vez esté a la vuelta de la esquina… En dicha novela, Loriga nos hablaba de una droga que sirve para borrar de tu cerebro aquello que no te deja dormir… que te hace infeliz… Hasta el momento, cualquier tipo de drogas, legales o no, valían para dilatar o para aletargar aquello que nos hacía sufrir, para comprar un poco de autoestima, para recrear visiones surrealistas, desconectar cerebros cansados, para abrir puertas mentales por unas horas o simplemente bailar hasta el atardecer… ¿Pero que pasará el día que podamos borra cosas concretas y no haya marcha atrás…?

Por ejemplo, ayer discutí con un amigo y quiero borrarlo de mi vida… llamo al camello y adiós amigo… Mi esposa no deja de agobiarme… adiós esposa… ¡Qué simple! ¡Qué sencillo! De esa forma evitaríamos los conflictos… las confrontaciones… la comunicación…

Debo reconocer que me cuesta hablar… que me cuesta el enfrentamiento directo… tiendo a dejarlo pasar… y estoy casi seguro que me haría adicto a dicha droga… el dolor del momento inmediato me puede y la cobardía también… si dicha droga existiera hubiera borrado de un plumazo a amigos, amantes eventuales, novios, hermanas, incluso a mis propios padres… y lo peor… ¿qué pasaría con la ficción… que pasaría con el teatro, con el cine o las series de televisión…? Esta droga las aniquilaría por completo… ya que lo que iría eliminando, lentamente, sería el conflicto… ya nadie discutiría… ya nadie se enfrentaría a otra persona… y los dramaturgos o guionistas no podríamos construir historias llenas de enfrentamientos, de odios, de venganzas… ya que no nos quedaría referentes reales… y al no existir en la realidad dicho referente, lo mostrado en una obra de teatro, en una película o en una serie no tendría verosimilitud… y no le interesaría a nadie… Ya se sabe: sin conflicto no habría ficción… ¿y de qué viviría yo? Aunque huyo del conflicto en mi día a día, mi teatro está lleno de él… creo que en él deposito muchas de las cosas que no sé solucionar en mi vida …

En estos días ando concluyendo el montaje de mi última obra de teatro: “El día que nació Isaac”. Sin duda es mi obra más vital, optimista y liberadora. Es la historia de cuatro personas que se cruzan en la vida para influirse, cambiar y evolucionar. No huyen del conflicto… se enfrentan a él. Son personajes reales que sufren, se divierten y viven como cada uno de nosotros. Que andan por este mundo tomando decisiones o evitando tomarlas… Personajes que crecen… que evolucionan y terminan algo más felices de lo que empezaron…
Me gusta escribir sobre lo vivido. Me baso en todo lo sentido y experimentado. La vida vivida es la base del “día que nació Isaac”. Experimento y juego con mi propia intimidad y con la intimidad ajena, y en ellas me baso para construir personajes, relaciones, situaciones y conflictos… Son la base de mi inspiración… sin todo esto sería imposible mi teatro… por eso espero que esa droga nunca llegue a existir… ya que sería el fin de todo.



PD: Si alguien quiere pasarse a ver la obra, el estreno será el próximo jueves 8 en el Centro Cultural de Móstoles a las 19.30. Luego haremos gira por provincias… estamos deseando…