sábado, 30 de abril de 2011

MI REAL MADRID BARCELONA

Todo empezó una madrugada que volvía solo para casa. Yo había conocido a Alberto hacía unas semanas. Luego intercambiamos unos mensajes, quedamos que tomaríamos un café pero no lo habíamos hecho. Esa mañana leí en su muro de facebook algo que me hizo mandarle un mensaje invitándolo al teatro. Cuando desperté tenía su respuesta: “claro que vamos al teatro, pero ese café para cuando...?.” El café lo tomamos dos días después y durante el mismo fui descubriendo quién era Alberto. No paraba de hablar y eso me gustaba. Me volví a casa pensando que había ganado a un posible amigo y que había perdido una fabuloso amante.

Al día siguiente quedamos para ir al teatro. Nos encontramos en la puerta de telefónica. Yo llevo puesta mi camiseta del Barça. Él se presenta con camisa de cuadros y chaleco a lo Coque Malla. Desde ese primer momento imagino poder verlo sin la camisa debajo, solo el chaleco y sus enormes brazos al aire. Nos montamos en el metro. Llegamos al teatro. Yo llevo la boca seca y una coca-cola light me refresca. Mientras esperamos que empiece la obra me confiesa que no usa calzoncillos y que tiene un gran roto en sus vaqueros que lo obliga a llevar todo fuera... A la salida del teatro, le digo que me apetece mucho ver el partido de fútbol. A él no le apetece nada. Mientras hablamos de “Mi alma en otra parte”, de lo que nos ha parecido, de lo que nos ha removido, recorremos Lavapiés, Tirso de Molina, La Latina y sin darnos cuenta llegamos a Las Vistillas. Lo invito a subir a mi casa, a conocerla. El fútbol va a empezar y nos sentamos a verlo. Alberto me pide que le deje utilizar mi portátil para consultar por internet sus cuentas... Yo le cedo mi mac, cosa que no suelo hacer. Saco unas coca-cola light, la noche de antes Félix se bebió todas las cervezas y lo último que esperaba era ver el fútbol en mi casa. Patés, queso para untar y pan... no tengo otra cosa... Félix también se lo comió todo. Alberto habla con amigos, con familiares y yo veo el fútbol... El Barça ataca y el Real Madrid pretende no dejarlo jugar... desgastarlo... Unto un primer trozo de pan con paté de sardinha portugués, se lo ofrezco, abre la boca, mis dedos rozan sus labios y su lengua juega un segundo con ellos. Noto que le gustan más mis dedos que mi paté preferido. Cambio de paté, ahora uno de todo la vida con sabor a campiña francesa, esta vez acierto y el juego de mis dedos, impregnados por la saliva del roce de sus labios, es algo más intenso. Me quedo mirándolo. Él me sonríe, me provoca. Sus labios junto a los míos. No lo pude reprimir y los acerco. Su lengua los recorre enteros y entra por unos segundos en mi boca. Me separo y le sigo untando pequeños canapés ahora de queso que lo vuelve loco. Mientras en la tele los chicos del Barça intentan ganar la portería madrileña sin éxito y Mou provocaba con su actitud. Un canapé, un beso cada vez más intensos. Mis amigos no dejaban de mandar whatsapp comentando el partido que yo era incapaz de contestar. Busco el agujero de sus vaqueros por donde salía toda su verga fuerte y dura. La temperatura crece al igual que la tensión entre los jugadores de ambos equipos en el Bernabeu. Le quito el chaleco. Le desabrochó la camisa de cuadros... Y continuó con los botones de su bragueta... Mi lengua recorre todo su torso, deteniéndose en pezones y ombligo hasta que llega a su rabo... Abro mi boca y se pierde dentro de mi. De refilón miro el partido... mientras sigo abriendo mi boca... El arbitro pita el fin del primer tiempo. Alguien lo llama por teléfono. Con cierto pudor me retiro pero Alberto casi me obliga a que siga chupando mientras habla. Concluye una tensa conversación y necesita un cigarro. Se quita la camisa y se coloca solo el chaleco. Abre la ventana y se apoya en ella mientras fuma. Yo almaceno esa imagen. En la tele hay un enfrentamiento entre los jugadores que yo no llego a entender porqué. Me pide que le dé la clave de internet para utilizar su iphone. Yo le indico donde está el modem. Se agacha para anotarla, su culo sobresale por sus vaqueros desabrochados... me acerco hasta él. ¿Me estás provocando?... Soy un calienta pollas... Me agacho, le bajo el pantalón y recorro con mi lengua toda su espalda, hasta llegar a su agujero... Empieza la segunda parte y yo no dejo de mover mi lengua... Él utiliza la cámara de su iphone para almacenar ese momento... Nadie me ha comido el culo con la camiseta del Barça puesta... Cuando volvemos al sofá... seguimos con el juego de las fotos... Le confieso que me da mucho morbo ese juego... Entonces el busca en el mac... Me mira y me dice: “Lo vamos a transmitir en directo”. Coloca la cam... encuadra... Y Pepe es expulsado en ese momento. Si juegas con fuego te quemas, Mou... Alberto coge mi pie, me quita el calcetín y comienza a comerme los dedos del pie como nadie nunca lo ha hecho en mi vida. Mi pie se convierte en miles de ramificaciones nerviosas, las mismas que empujan el pie de Messi para llevar la pelota dentro de la portería del Madrid. Yo necesito más... y ataco... queremos un segundo gol... Su teléfono vuelve a sonar... Me obliga a arrodillarme a sus pies. Él habla con alguien que le propone un trabajo. Yo no dejo de chupar, mientras habla, él me mira divertido y excitado. Cuelga y con cierta tristeza me dice que tiene que trabajar tras el partido. Yo lo entiendo... No me queda otra... Pero quiero que te corras en mi pecho, me dice... Se abre el chaleco que es lo único que lleva puesto, como yo la camiseta del Barça. Alberto se aplica a satisfacerme... todo la excitación se quiere escapar de mi cuerpo... Messi contraataca con la misma energía que Alberto, chuta, mi alma se escapa de mi cuerpo, gol, mí alma blanca... llena todo su pecho... Cortamos la cam... Los chicos del Barça se abrazan... Nosotros nos besamos... Lo limpio... Nos vestimos rápidos... Salimos de casa... Pillamos un taxi... Llegamos hasta su trabajo... Nos besamos... Nos despedimos... Él se va a trabajar y yo a celebrar el triunfo con mi camiseta del Barça oliendo a él.