jueves, 16 de octubre de 2008

CAROLINA

Hacía más de 9 años que no sabía nada de Carolina y Facebook hizo el milagro. Pero lo cierto es que los rezos por mi parte, para reencontrarme con ella, venían desde atrás. Desde que este verano, la casualidad o causalidad hizo que compartiera una cena con un antiguo compañero de la facultad, Salva.

A Salva y a mí nos costo reconocernos. Pasamos más de dos horas hablando sin saber que teníamos un pasado común… fue él quién me recordó… y al instante abrió una parte de mi memoria que tenía clausurada: los años estudiando ciencias de la información en Madrid. Esos años los veía tan lejanos, tan inservibles, incluso inútiles que había apartado de mí todos los flash-back que procedían de ese tiempo. Porque me estoy remontando al final de los años 80 y principios de los 90. Salva y yo compartimos clases, amigos, días en la cafetería… Entre esos amigos estaba Carolina.

Carolina fue a la primera persona que conocí cuando llegue a la facultad. Octubre de 1989… era un día de sol, yo entré a la carrera tarde por un fallo en los expedientes académicos… por lo que las clases habían empezado cuando llegué a Madrid. La noche de antes, mis padres me habían dejado en una especie de pensión residencia de mala muerte, porque con todo el follón del expediente no había podido entrar en ningún Colegio Mayor (que era donde debían ir los chicos buenos como yo). Y esa mañana era mi primer día en la facultad, en la facultad de ciencias de la información, más concretamente en la especialidad de Imagen y Sonido. Me vestí nervioso y me marché para la facultad. Todo era nuevo, las calles de Moncloa, el bus, la zona universitaria y por fin esa mole de cemento que era la facultad. Perdido por los pasillos, preguntando, encontré la clase. Una puerta naranja al fondo del pasillo izquierdo, margen derecho de la primera planta. Allí estaba primero de Imagen. Y allí llegué yo un poco antes de la nueve de la mañana, con mi carpeta bajo el brazo y todas las ilusiones del mundo. Y apoyada en la puerta, fumando un cigarro, con unos levis 501 algo anchos, una camiseta blanca, unos ojos azules grisáceos y pelo negro, bellísima… estaba ella. La vi y me encantó. Entré en clase, con miedo dejé la carpeta en una silla y salí. No sabía que hacer y con más miedo aún me acerqué hasta esa chica. Era lo que siempre había soñado hecho mujer… bella, moderna, enigmática… tremendamente perfecta… y le solté a bocajarro: “Mira soy nuevo, de Martos, es mi primer día de clase y no tengo apuntes, me los podrías prestar… bueno me llamo Antonio”. Ella me sonrió. Joder… era más guapa aún y simpática y me dijo que por supuesto, que se llamaba Carolina. Sin duda era la chica más bella de la clase. Al día siguiente le devolví los apuntes y me senté a su lado y se convirtió en mi Cicerone en los primeros días en la Universidad. Yo me veía como un pardillo de pueblo y ella era todo lo que para mí significaba Madrid y la universidad. Descubrí que le gustaba la noche y que salía por Bilbao y Malasaña… que nos gustaba la misma música: la Frontera, los Ronaldos, Texas y sobre todo la Granja… y ese increíble disco que se titulaba “Azul eléctrica emoción” que escuchábamos en su Renault supercinco azul con el color azul de sus ojos iluminándolo todo. Y fue en su coche, con las ventanillas bien subidas, para que no se escapara ni un gramo de humo, donde me hice mi primer canuto… A los que no me enganché ya que el tabaco nunca fue lo mío. Pero entre exámenes, trabajos, clases, cafetería, mucha cafetería, conciertos, biblioteca… nos fuimos haciendo amigos… Nos fuimos conociendo… y se fueron uniendo muchos otros: Alice, Silvia, Gabi, Miguel… Y Ramón… Joder, Ramón era el tío más bueno de la clase… menudo chulo… de Albacete… increíble… y nos robo el corazón a todos y hizo que mi personalidad saliera a la luz… y que Carol y yo nos uniéramos mucho más… y que los secretos desaparecieran y convertimos a Albacete en una ciudad supermoderna… digo la convertimos porque jamás la visitamos… soñábamos con cruzar la Mancha y encontrar en dicha ciudad la New York española… No fuimos a Albacete, pero sí a Martos… y de esa forma Carol le puso cara a mis amigos de los que yo tanto le hablaba y escuchar en directo a los Lubidine… grupo Marteño con el que la martirizaba en su coche… Fueron años de universidad… para ninguno de los dos los mejores de nuestra vida… pero sin duda sirvieron para encontrarnos, conocernos y saber que estábamos ahí… que nos unía un hilo muy especial… y que siempre estaría ahí… por mucho que la vida y el tiempo nos separará… y lo hizo… Yo me marché de Madrid rumbo a Sevilla y pensaba en ella, la recordaba pero no nos llamábamos… no sabíamos nada el uno del otro… Cuando me marche, la dejé novia con un chico majísimo… Argentino… jugador de rugby… Argentina y el rugby otras dos pasiones que nos unían… En el año 98 volví a Madrid a presentar un espectáculo en la sala Mirador… y la invité y ella se presentó a acompañada del jugador de Rugby que con el que vivía… Y al verla en el patio de la Mirador… supe que ese hilo mágico seguía intacto… Cada vez que traje una obra nueva desde Sevilla, ella se presentaba el día del estreno. Y de esa forma en el año 1999 conocí a su hija María… y la vida nos volvió a separar. Perdimos el contacto. Los móviles, los fijos… Todo lo que nos ponía unir de forma real. Pero ese hilo imaginario seguía vivo. Carol aparecía en mis recuerdos… me preguntaba qué sería de ella… dónde estaría… cómo podría averiguar su teléfono… vivíamos en la misma ciudad pero no nos cruzábamos… ¿seguiría casada… sería feliz… como de grande estaría María, su hija, y cómo de guapo y de argentino seguiría Fernando…? Incógnitas sin respuesta que me unían mucho más a ella…

Hasta que una noche de verano… en medio de una cena informal Salva y yo nos descubrimos… y el fantasma secreto de ella se hizo real… Salva podría conseguirme su teléfono por medio de un amigo común. Lo hizo pero era un teléfono antiguo… Nada, no sabía que hacer… hasta que hace menos de una semana tecleé su nombre en el facebook y apareció su perfil… No lo dudé, le escribí y ella respondió a las pocas horas… dudaba que le chico que le escribía fuera yo… “¿dónde estaba su Antonio, con sus gafas y gordito?” Intercambiamos móviles y me llamó. No lo dudamos y quedamos para almorzar. Ayer fue ese día… Nos encontramos en la Musa de Malasaña, no podía ser en otro sitio. Nos reconocimos tan solo mirarnos. Ella está aún más bella, serena, impresionante, madura sin una arruga, sin un gramo de maquillaje, con un tipazo de escándalo, sigue llevando vaqueros que le sientan como un guante y unas botas de cuero… los ojos siguen siendo los más cinematográficos de la vida real… y su pelo ha cambiado… ahora es algo pelirrojo… como tributo a su hija María que sí es pelirroja. Comimos Tortellini, pavo, pastel de pera y helado de vainilla… mientras fuimos desenmarañando la madeja de estos casi diez años sin vernos… No hubo silencios, sólo palabras, yo siempre más frenético que ella y siempre sintiendo que mis palabras las escuchan sus bellos ojos… que eran devoradas por ellos. Carolina tiene la virtud de escuchar con su mirada, de hablar con tiento y acertar en cada palabra… Nos dimos cuenta que la madeja, que el hilo que nos unía… seguía allí, invisible pero seguro… Tras la comida un café en una bella plazoleta de Madrid donde el sol del otoño nos invadía y nos reconfortaba… “A las 5:30 tengo que esperar a María que viene del Colegio… te acompaño hasta el metro… El hilo tiene que seguir… ahora si que no te quiero sacar de mi vida… me he preguntado tantas veces dónde estabas…” frases que entremezclábamos mientras nos despedíamos… una cena, unos vinos, una noche de marcha… nos abrazamos al llegar al metro… la contemplé alejarse… observé su espalda… a ella… y en ese momento recordé una estrofa de una canción de Loquillo “Supersónica” que decía… “Sí, alguna noche te iré a buscar para llevarte a las estrellas. Y aunque no te haya visto en años, por favor, consérvate bella..”

12 comentarios:

Unos zarcillos pa mi luna : dijo...

Hay que ver lo poco que tardamos los del pueblo en decir que somos de martos, como dice nuestra I. Bonilla...

Qué bonito encuentro, y que maravillosos recuerdos que luego no decepcionan al presente...

Besos sin enigma.
R.

Pd. casi consigues que me enamore de ella.

patry dijo...

joder que bonito! que bonita ella!
me gustaria que alguien me pensara y se acordara de mí de esa forma tan bonita...
un abrazo

Amador Aranda Gallardo dijo...

Preciosa entrada, vamos, me ha emocinao y ni conozco a la muchacha.

Muchos besos.

nemam dijo...

quien pollas es la Caaaaaaaaaarollllll!!! enseñanos una afotoooo!

Anónimo dijo...

¡Qué bonita entrada! me ha hecho recordar años pasados, personas a las que perdí la pista...
Y Carolina me ha enamorado. Como a tantos muchos...
Felicidades Combatiente, por el reencuentro y por conmovernos.

Besos de sábado.

Ana.

Justo dijo...

Para que veas que lo del miedo al folio en blanco nada.. esto es un guión. Me ha encantado.

(y cómo no; sabes que soy de la Facultad, también empecé en Imagen, año 84. Y tuve alguna amiga que puede encajar en la descripción de Carolina. Mi carolina se llamaba Viky y era de Vigo: hace poco volvimos a entablar contacto después de siglos, aunque aún no nos hemos visto porque ella vive en Galicia.

Ramón, de Albacete, jaja.. pues seguro que lo conozco de una cosa u otra. Ya sabes que cuando quieras te invito para allá, voy todos los meses.. y así decides por tí mismo si es moderna o no la ciudad.

Y el jugador de rugby argentino.. madre mía, con lo buenos que están, si en el calendario del Dieux du Stade casi todos son argentinos..

Bueno, un beso; cúidate

Anónimo dijo...

que pasaaa!! como andamos!!
como es eso de que estás en blanco tronco...??
como estamos? hacia tiempo que no me pasaba por estos universos...
bueno, espero que todo este bien, saludos!!

Diego Canalla dijo...

Qué aburrido hubiese sido tu estreno en Madrid si no te hubiesen enfollonado el expediente académico...

Menos mal que siempre nos encontramos con algún administrativo benevolente capaz de liarlo todo para enderezarnos la vida.

Besos siempre encontrados.

P.D. Otro que en sus noches de insomnios soñará con ella.

Anónimo dijo...

presentame a esa tal carolina no....´
que pasa...!!?

Anónimo dijo...

bueno mejor no que esta casada, dejala...

Imma Fita Payes - Cocinitas dijo...

es largo lo q escribiste, no lo termine de leer , hoy estoy gandula , mañana seguire . pero en la foto estas guapo
besos

Imma Fita Payes - Cocinitas dijo...

ya no se si mi comentario se quedo ahi o alla decia q esta largo el post , y hoy estoy gandula ,pero estas guapo en la foto
besos