domingo, 2 de diciembre de 2007

CADENA DE FAVORES

El pasado viernes estuve en Sevilla, fui a ver una obra de teatro que he escrito y que está en cartel, cené con los actores y el director en “el rinconcillo”, me tomé varias copas de cola Light y red bull en los bares de la “nueva alameda” (¡donde ha metido el alcalde a mis putas y a mis yonkis? ¿los ha enterrado?) y ligué… Termine la noche en casa de un desconocido, del que sólo sabía que se llamaba Javier, que era algo más alto que yo (por lo general no me van los altos), con mejor cuerpo, que tenía 30 años, algunas canas que lo hacían muy atractivo, que trabajaba en un bar en el barrio de Santa Cruz (aún hoy desconozco cual es el bar), que era muy ocurrente, simpático, hablador y guapo… La verdad es que él de mí tampoco sabía mucho más… que me llamaba Antonio y que era de Martos un pueblo de Jaén.

Pero las circunstancias fueron las propicias y terminamos yéndonos a su piso, que estaba en un barrio. De esa forma rompí una de mis reglas: me gusta dormir en Sevilla siempre dentro de la zona de la muralla y no en extramuros. Para los que no conozcan Sevilla, os diré que tiene uno de los centros históricos más grandes de Europa, y ya que pasas la noche fuera de casa, lo mejor es no tener que pillar bus o taxis cuando vuelves de madrugada o a media mañana… Bueno, pues eso, que al llegar a su piso, casi sin mediar palabras pasamos del ascensor al comedor, del comedor al baño (me gusta lavarme los dientes, aunque sólo sea poniéndome pasta de dientes en el dedo) y del baño pasamos al dormitorio… y cuando la ropa había desaparecido del cuerpo, caímos en la cama. Besos, caricias, algo de pasión, algo de risas, más besos… más risas, más caricias… y mi cabeza comienza a llenarse de imágenes de otro momento o momentos parecidos que habían tenido lugar una semana antes. Malditos recuerdos. Malditos recuerdos que me fueron llevando de la pasión a la angustia. Javier seguía besándome y su fogosidad crecía mientras la mía menguaba. Y una asfixia saturó mi pecho… y mi pecho quería estallar y estalló. ¡Déjame!... le dije… Y empecé a llorar. El desconocido, rápidamente, leyó la situación y se dio cuenta que algo gordo me pasaba. No hizo ninguna pregunta. Sólo me abrazo, muy fuerte. Su abrazo fue calmante, balsámico y algo curativo… como una sesión de reikie (no sé si se escribe así). Tiernamente me acarició el pelo, me beso en la frente, me puso su mano en mi pecho y me fui tranquilizando. Cuando pude hablar, le dije que lo sentía mucho y que me marchaba a casa… que si me podía pedir un taxi. Y el desconocido, ya era Javi, dijo que ni mucho menos, que de esa forma no iba a ningún lado y que me quedaba a dormir allí. Su mirada me dio cobijo y las palabras atrapadas en mi angustia empezaron a escaparse por mi boca... Comencé a contarle que llevaba una semana sin hablar con “alguien” que se había convertido en “algo” muy importante en mi vida y que "ese alguien" de forma unilateral había decidido cerrar el grifo de la comunicación, había dejado de llamar, de mandar mensajes, casi de existir y que me sentía perdido… Javi siguió acariciándome, mirándome y escuchándome y entre mis vomitonas de palabras (que creo que no me había expresado tan de seguido y de golpe en toda la semana), sus besos y sus consejos me quedé dormido.

Desperté a media mañana, Javi me seguía abrazando. Notó que me desperezaba y me sonrió y siguió durmiendo. En ese momento me vino a la cabeza otro momento parecido que me ocurrió este verano en Granada. Conocí a un pintor de andamios en la ZOO, me invitó a su piso, yo acepté, llegué a su casa y lo utilicé para tener sexo rápido y un lugar donde dormir: me corrí, él no y me dormí sin decirle nada más. Al despertarme, me vestí sin hacer ruido y me marché sin darle las gracias ni decirle un simple adiós… Sé que hice eso para vengarme de una situación parecida que me había pasado… Esa noche de Agosto yo seguí construyendo la cadena de favores a la inversa… a mí unos días antes me habían hecho daño y yo estaba haciéndolo ahora y seguro que el pintor de brocha gorda granadino con unos brazos de escándalo a la noche siguiente se lo haría a otro alma solitaria… y esa alma solitaria a otra y esa a otra y esa a otra…
Pero esa mañana sevillana de sábado tenía la oportunidad de romper esa cadena de favores a la inversa. Javi se había portado conmigo como el mejor de los amigos, escuchándome, mimándome y tranquilizándome cuando más lo necesitaba. En ese momento me sentía como Blanche Dubois en “Un tranvía llamado deseo” confiando en la benevolencia u hospitalidad de los extraños… Y me volví hacía él y lo abracé… y terminé aquello que de madrugada no fui capaz de hacer… Sin duda no fue la mejor de las faenas… estoy seguro que ambos hemos tenido tardes mejores… pero de alguna forma tenía que agradecerle lo que había hecho por mí… y de esa forma la cadena de favores cambiaba de signo…

Estoy seguro que Javi seguirá confiando en la existencia humana y que se seguirá llevando desconocidos a su casa y a su cama y que esos desconocidos se seguirán marchando de esa cama con su alma un poco más limpia. Y que al día siguiente ese desconocido se irá con otro desconocido y puede que tenga que ayudar a ese nuevo desconocido en otra cama y tal vez de otro país. Y el nuevo desconocido, ya curado, tenga que ayudar a otro desconocido y curarle un trozo de su alma. Y ese desconocido curé, otra noche en otra cama de otro pueblo, a otra alma tocada, y gracias a su ayuda no se convierta en tocada y hundida, y por eso siga viviendo y conociendo a desconocidos… y quien sabe si dentro de unos años o de unos meses o de unos días… uno de esos desconocidos, sanado por otro desconocido, llegue de nuevo hasta Sevilla y por esos días Javi esté pasando una mala racha y el desconocido se encuentre con Javi y lo ayude a aliviar su alma dolida… y de esa forma la cadena de favores volverá a ponerse en movimiento y se cumplirá lo que Drexler cantó en “Todo se transforma”…

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que lo que te escribo no tiene nada que ver con tu experiencia, pero de vez encuando leo tu blog y deseaba hacer una entrada. Soy heterosexual y como a muchos la sociedad y la educación que nos rodea nos ha hecho ver la homosexualidad como algo asqueroso.
Solo quería darte las gracias porque a traves de tus palabras he podido sacar la cabeza por encima de la copa de los arboles del bosque y ver que había nubes y sol. Quería dartelas gracias por veros como a personas igual que yo. Quería darte las gracias por hacerme sentir mas persona de lo que soy. Gracias

Manu dijo...

Una historia muy bonita, creo que todo el mundo ha tenido alguna vez su cadena de favores en uno u otro sentido.Un abrazo

combatientes70 dijo...

anónimo, quien seas, me alegro que estas vivencias te sirvan para entender mejor a los humanos, que en realidad somos diversos y diferentes, cada uno tenemos nuestros gustos... nunca he intentado enseñar, sólo compartir... si mis vivencias sirven para algo me siento afortunado... tus palabras me emocionan, mil gracias... de verdad

Anónimo dijo...

vaya blog bonito
buen trabajo chaval.

Amador Aranda Gallardo dijo...

Preciosa la entrada. Ya hemos hablado mucho de todo ésto estos días...Sé tú mismo, y no dejes de serlo nunca, es tu mejor arma, y nadie tiene porque cambiarla. Besos con la cancion De un buen día de los planetas sonando de fondo.

Anónimo dijo...

que hermosa cadena la que javi inicia y tú liberas...de a poquito a poco...que las calmas permiten...que no tener prisa, encuentra...y que el eslabón que hoy nos enlazas, aleja condenas.

Besos desmedidamente agradecíos (también a Javi) por este pre-diciembre a flor de piel.
TQ.

Anónimo dijo...

Felicidades para tí también, me alegra que coincidamos en gustos, Belén y yo somos asíduos a tu blog, gracias por añadirme, yo te acabo de agregar al mío.

compañeradeviaje dijo...

Hay que ver que bien escribes, condenao¡¡¡¡¡¡Vamos, es que leyendote a uno de la ganas de irse e intentar repetir tus experiencias. Este fin de semana también lo pasé yo en Sevilla, haciendo una entrevista a orillas del Guadalquivir.
Un besazo primor.

Anónimo dijo...

Eres una maquina sexual

Anónimo dijo...

La vera es que, a pesar de conocerte cada vez más, de oir de viva voz muchas de estas historias que aquí cuentas, cuando las elo no dejas de sorprenderme por la manera en que transmites tus ideas y sentimientos. A uno le entran ganas de plagiarlas y hacerlas suyas ya que casi siempre narran istoria que en menor o mayor medida uno ha vivido.

Cadena de favores abierta y espero que para siempre, recientemente también he vivido una situación similar, auqnue en mi caso la cosa no paso de las palabras. Mi cara delataba mi estado y no le fue dificilsuponer que lo que menos necesitaba era sexo, si no compañia y comprensión.

Espero que poder mantenr viva esta cadena y saber estar cerca de aquella persona que lo necesite. Si pudiera elegir también sé a que persona eligiría para continuar esta cadena, aunque ene ste caso tendría que devolverle favores de otros pero también favores suyos. Se que no va a suceder así y por tanto espero que todos saquemos esa parte de ternura que nos caracteriza y saber responder ante aquel que lo necesite.

Besos a Antopnio, a Javi y a todos aquellos que sepan mantener la cadena de favores abierta...

Anónimo dijo...

enseñas tu vida de la mas hermosa de las maneras,ultimamente me siento como tu y tu a mi no me conoces,pero yo a ti si
gracias

Anónimo dijo...

Muy bien

nanuk dijo...

Menos mal que has reconducido la cadena de favores...no te extrañes si algún día tropiezas con alguien que te pega la patada en el culo, la semilla la plantaste en el pintor de brazos musculosos, creo que ese error aún tiene solución...no se lo merecía.
Restificar es de sabios y tú lo eres mucho. Te quiero así.
Besos llenos de cariño.

Kt. dijo...

Generalmente, siempre salgo perdiendo en esa cadena de favores... creo que soy el eslabón roto o que sé yo..

Tal vez sea la actitud hacia ciertas circunstancias, ya nos contarás si tu cadena giró el rumbo y vale la pena ser tan agradecidos!!!


Besos!

Anónimo dijo...

pues a mí me da vergüenza ajena... escribes de puta madre chaval, pero creo que hay un límite para todo. está muy bien ser libre, opinar y decir lo que a uno le de la gana... pero esto que he leído me ha dado hasta asco, y que quede claro que si fueras hetero me hubiera dado el mismo! ya está bien de gente que se toma el sexo a broma y puede llegar a hacer daño a una persona solo por echar un polvo. el chaval que no se corrió a lo mejor era un cabronazo o a lo mejor tenía sentimientos, pero no vale que hagas lo que no te gustaría que te hicieran a tí, no te parece?
sexo libre, divertido, con quien te de la gana y cuantos te de la gana, pero sin reírte de la gente, hombre!