jueves, 9 de septiembre de 2010

LLOYD COLE

La música siempre está presente en mi vida. Todas las mañanas cuando hago despegar mi Mac , abro a la par el Itunes y el Word. Escribo escuchando tranquilas melodías pop. Me ducho y me visto al ritmo de pegadizas canciones que te alegran el alma y te preparan para lo mejor o lo peor. Camino por las calles con vibrantes guitarras rock. Descanso en la Plaza Mayor o en el parque de Berlín con una gran canción seleccionada para la ocasión y acorde con el momento. Me duermo, todas las noches, acunado por una bella nana y enrollado con en el cable de mis cascos verdes.

Por eso ayer, mientras veía como La Roja era goleada por unos imparables argentinos y aburrido de no escuchar la voz sensual de Sara Carbonero, pensé voy a ponerle a este desastre una digna banda sonora. Hacía unos días que venía escuchando el último disco de Lloyd Cole, Broken Record. Un disco lleno de emoción y sensibilidad que me ha hecho llorar mientras recorría calles del viejo Madrid.



La voz tan sensual de Lloyd Cole me hizo viajar al pasado, casi 20 años atrás… y me encontré buscando en Itune “Don´t get weird on me babe”… la amargura de los tres primeros goles dejó paso a borbotones de recuerdos: mi habitación del colegio mayor Alcalá; mi minicadena con doble pletina; los carteles de cine que lo invadían todo; viejas casetes donde en cada cara grababa un disco diferente y distinto; recuerdo que este discazo de Lloyd Cole tenía en la otra cara a Lito Vitale y “Ese amigo del alma” (¿qué habrá sido de ese señor? Seguro que el muy cabrón estará disfrutando de la derrota de la Roja, como buen argentino que es…); amigos desaparecidos por el oleaje de la vida; apuntes por estudiar; yacutín para las primeras y únicas ladillas; conversaciones interminables junto a una tetera con José David, Ángel o ya no recuerdo quien más; pajas a la salud del minero o de Mario (¿Qué habrá sido de ellos?); los aburridos mundiales del 90 en Italia al ritmo de Las Edades de Lulu…

El primer tiempo continuaba y yo me distraía de la derrota navegando por Internet… los perfiles estaban abiertos y me llegaban diferentes y distintas ofertas: “Voy para tu casa!”, “Estoy cansado”, respondía yo. El bombardeo de recuerdos del pasado y de los mensajes era continuo como el ataque Argentino… uno de esos mensajes hizo gol y acepté la propuesta: “¿Te apetece ver el segundo tiempo conmigo?”. Acompañado por Lloyd atravesé durante el descanso la cava baja, pasé por delante del mercado de San Miguel y llegué a un rincón de la Calle Espejo donde hay una preciosa fuente. Me recibió con pantalón corto de deporte, recién duchado como si hubiera vuelto de los vestuarios para jugar el segundo tiempo… Sonó su teléfono… Me dijo: “Es mi novio, no hagas ruido”… Fui obediente aunque me entraron ganas de desobedecer. El arbitro pito el comienzo del segundo tiempo y él colgó el teléfono. El combate fue duro… cuerpo a cuerpo sobre la alfombra, debajo de la tele, sólo subimos la cabeza para disfrutar del gol de España. Luego me senté en el sofá de piel blanca… él metió su cabeza entre mis piernas… y os lo juro, no lo pude evitar… busqué mi iphone y me puse música… la sexualidad de Lloyd unida a la boca del desconocido me llevaron a un orgasmo de “Double Happiness”, como la última canción del disco… el partido acaba de terminar… España perdía y el desconocido se corría de placer sobre mi estómago… Me duché… me vestí… salí de la casa y me senté en la fuente de la puerta… sólo 4 minutos y 6 segundos… los que duran la canción: There for her…

5 comentarios:

JD dijo...

Recuerdo aquel minero como uno de los brutotes de los TBOs de Ralph Köenning...creo que nunca le oí hablar: se sentaba taciturno con su bandeja en un rincón del comedor y con su porte y los cubiertos en vertical era como si abrazara la comida. Pero ya sabes cómo es la vida; nunca nos acercamos a él y lo mismo era de leer a Alberti y escuchar a Chet Baker. ¡Vuelve minero!

Oye, ¿y tú a qué vas al parque Berlín?

Angel dijo...

Pues yo de Mario sí me acuerdo, y de alguno más (del cocinero), pero del minero no, ni idea la verdad.

nino dijo...

me encanta, no conocía a Lloyd Cole, ahora lo estoy escuchando

lascartasdenadie dijo...

Lección aprendida: más sal a la ensalada y banda sonora para la vida. Además, la arquitectura con sonido está más bonita. Te dejo una canción para que eches otro "polvo" durante los 6 minutos que dura. http://www.youtube.com/watch?v=N3-_DbEYe7A&ob=av2e

Anónimo dijo...

Lloyd es maravilloso... no digo más.

Besos desde el fin del verano.