miércoles, 8 de julio de 2009

DE ORGULLO A ORGULLO

Verónica me escribe desde Chile y me dice que tengo el blog olvidado que necesita mis palabras. Me doy cuenta que desde el día que murió Michael Jackson no he vuelto a contar nada de mi vida y mira que me han pasado cosas.

Viajé a París.



Un vuelo tranquilo y aterrizo en una ciudad soleada, llena de verano. Santi, mi cicerone y la persona que me abre su casa y su vida para que yo me aloje en ella durante 6 días, me espera en la estación donde para el Orlybus. Desde allí atravesamos París bajo tierra y me presenta su casa en pleno centro, en el Bulevar Magenta, al lado de la plaza de la República y de “Le Marais” (el chueca Parisino). Caminamos por puentes, La Isla, Notre Dame… y en mitad de una plaza maravillosa sentados en el césped, Santi y yo nos contamos nuestras vidas y le hablo de mi extraña teoría de que el mundo se toca por todas partes. Al lado nuestro, un supuesto padre juega con su hijo, me fijo en él, me recuerda a alguien de mi pasado. Pero rechazo la idea, no me imagino a esa persona siendo papá. Seguimos hablando. Los aspersores se ponen en funcionamiento. Santi y yo nos levantamos corriendo para no empaparnos. Y alguien dice: “¡Antonio!”. Me vuelvo y es el supuesto padre. Me quedó mirándolo, es José. Un antiguo conocido, compañero en el Instituto del Teatro, bailarín, actor, que cambió hace 10 años Sevilla por París. Nos abrazamos y le presento a Santi. Los dos se miran y se sonríen. También se conocen. Santi, antes de yo conocerlo, vivió en Sevilla… pero nuestra unión no viene por Sevilla, y conocía a José de cuando era camarero en el Lamentable, un antiguo bar Sevillano. José nos descubre que no es padre y que está haciéndole un favor a una amiga. Yo me sonrío y le digo a Santi… “No te das cuenta el mundo se toca”. Nos intercambiamos teléfonos y quedamos en vernos esa noche. Sigo con Santi recorriendo París y sus barrios, llenos de tiendas de moda, sobretodo el Judío y me quedo prendado por unas bermudas que me compraré mi último día en París.


Santi me presenta a su grupo de amigos y el Cox… un bar donde se reúne lo más florido y fornido y ciclado de París y alrededores. Además, París es un bullir de gentes, al día siguiente celebra su Orgullo Gay y yo ya que estoy aquí no pienso perdérmelo. José, el bailarín sevillano, se une al grupo y entre cervezas y pastis (una especie de anís con agua a la parisina) vamos desgranando recuerdos y contándonos nuestras vidas. La noche se presenta divertida. Me como el mejor perrito caliente que me he comido nunca y no exagero. Me divierto en los bares de copas y un italiano y su amigo francés se dividen mis besos… pero yo no tengo ganas de dormir con ninguno y me marcho a casa de lo más feliz.

Al día siguiente sigo descubriendo París, sus museos, sólo por fuera, el Louvre me impresiona… los grandes espacios, los puentes y el Sena.

Llega la hora de ir a la cabalgata del Orgullo Parisino y me apuntó a ella. Bailo en las calles parisinas. París es una verbena… y disfrutamos de sus calles, hablo con unos con otros… y por casualidad termino hablando con un nieto de emigrantes españoles de Martos… No me lo puedo creer, el mundo se toca. Le hablo de Martos, él me cuenta que fue cuando era un niño… que recuerda que las peonzas se llamaban trompos, que las pesetas las llamaban duros y que no se enteraba de nada porque todos se llamaban por motes. Me dice el mote de su familia, yo le digo el de la mía… Me pregunta por el pueblo. Le cuento que las peonzas siguen siendo trompos, que los duros ya son euros y que Martos está lleno de maricones… la mayoría aceptados y otros muchos siguen metidos en sus armarios pero como en todos sitios. Me río con él… y la noche se resuelve divertida y cambiante… conozco a más parisinos… pero estoy a punto de irme a dormir con un chico de Toulouse que me dice que vive en el barrio 20… como yo no sé que París es un circulo de números… me imagino que el 20 tiene que ser como Fuenlabrada y le digo que no… que mejor que nos quedemos por el centro… y con el concluyo la orgullosa noche parisina.

El Domingo recorro París en bici y me encuentro con Justo. El lunes, el martes sigo descubriendo barrios, avenidas, la famosa Torre… el arco del Triunfo, Los campos Elyses, la elegancia y la historia y la sangre de la plaza de la Concordia… amigos de Santi, Eneko me enseña el París de la moda, el París Petardo... el París canalla y me río con él... y me descubro ante sus monólogos..., comparto otra tarde con Justo y como más perritos… un verdadero placer… unos días maravillosos, tiendas, ropa nueva… de nuevo el avión y aterrizo el miércoles en Madrid. El día que empiezan la gran fiesta del Orgullo Gay europeo. Este año con un lema que me encanta: “Escuelas sin armarios”.



Madrid es una fiesta. Alegría… las plazas llenas de gente, de DJs, de barras, de gente bailando y bebiendo. Celebrando la diversidad y reivindicando que, aunque aquí según la ley todos somos iguales y diferentes, hay países, pueblos, provincias donde no es así y no es tan fácil y como aquí lo es. Por eso salimos a la calle a celebrarlo todos juntos… y pasamos 5 días de celebraciones… de abrazos… de bullas… de apretones... también son día para compartir con los amigos, de celebrar un año perruno y divertido… para reventarte, para conocer a gente… gente que desaparecerá a la mañana siguiente, gente que no llegará nada más que a un beso dado en mitad de una plaza… un beso maravilloso, único e irrepetible… Y bailas en la plaza de Chueca, en la plaza de los cines Luna, en la de Vázquez de Mella, en la plaza del Rey y en la calle Libertad. Y como si fuéramos adolescentes de “Física y Química” intercambiamos hielos y nos olvidamos de la gripe porcina… Y los cuartos oscuros se llenan de ciclados… Madrid se llena de ciclados... lo que le gusta a un maricón un ciclo… Y llega la cabalgata y me encaramo en la carroza del Fulanita de la mano de mi Cynthia y lo damos todo… me comunico desde la carroza con todo el mundo, grito, bailo… me siento feliz de ser como soy… y esa misma noche vuelvo a pinchar en la sueca… y disfruto viendo a la gente llena de alegría… y al terminar la noche, cuando de nuevo está amaneciendo… el orgullo me regala una sorpresa… Vuelvo a casa acompañado… hablando de cine, de Roma… de la casualidad de haber nacido el mismo día pero con años de diferencia… y me excito… y me gusta las casualidades que nos unen… y lo que nos diferencia… pero todo se acaba… y él se marcha… y yo me quedo solo… Bueno, solo no, a los pocos minutos llega Dani, que viene de dios sabe donde y con sus pupilas dilatadas de tanta vida, y nos encaramamos a la cama con Cynthia y Paco y los cuatro nos contamos nuestras respectivas noches y me siento feliz… de tenerlos tan cerca… los cuatro en una cama… narrando… riendo… sintiéndonos como una familia… Y se acaba el orgullo… y como dice Justo… ahora empieza el verano… ¿qué nos deparará…? Espero que en el corazón de este nuevo verano, haya un nuevo regalo para mí.

9 comentarios:

Amador Aranda Gallardo dijo...

Soy fan de las entradas de tus viajes, me encantan. Besos viajero.

patry dijo...

Tienes razón a las bolleras y maricones nos gusta mucho un ciclo.

Me gusta París visto desde tus ojos, se me hace agradable pasear contigo por las grandes ciudades.
Me gustas.

Mañana veo a Rosana, será algo maravilloso, la hundiré en un abrazo sincero.

pd: Dile a Cinthia que estoy enamorada de ella...

Keki dijo...

pero y yo maricón!??? ¿por qué no he sido nombradísssssima????

Anónimo dijo...

que hay Antonio.... yo este verano surcaré parte del sur de francia en bici

todavia estoy esperando el mail....

saludos..

Keki dijo...

pero qué mono eres, ya dicen que rectificar es de sabios...

Justo dijo...

Me encantó encontrarte allí, parece que te estoy viendo, con el letrero del Cox encima, y los anises.. aunque para mí fueron unos días raros, por otros motivos. Estoy necesitado de empezar un nuevo ciclo. Y van.. pero eso es lo bueno, que reiniciemos continuamente.

Piensa en regalarle tú algo al verano.. es mejor no esperar nada, y veras como hay sorpresilla.

Un beso grande

Anónimo dijo...

El mundo se toca... estoy convencida de ello. No puede ser de otra manera... Mil y un nexos que nos unen y los que nos quedan por descubrir... Y este maravilloso verano que ya empieza a dar de sí...

ORGULLO, Antonio, siempre, y de muchas cosas...

Besazos infinitos como nuestro universos.

Clara dijo...

Como siempre, un placer leerte y disfrutar contigo de tus viajes.
Un abrazo,

Anónimo dijo...

Ja ja, lo que me he podido reír con lo de aquel viernes en el Marais...¡ay!, que por tu culpa sufrí yo al italiano y al amigo francés en el Cud...
Pues a ver si paso por Madrid o tú por Córdoba y me (nos) cuentas (contamos) cosas.
Como dice un amigo mío, muchos besos y muchos cariños,

Jesús