- Me gustan tus manos.
- Te las cambio por las tuyas, responde, y de esa forma dejarías de comerte las uñas.
Es domingo 31 de agosto y estamos volviendo de Cádiz, de la costa de Zahara, Barbate, Bolonía, Los Caños y el cabo de Trafalgar… José Antonio es el chico de las manos preciosas y conduce. Me coloca su mano sobre la mía en el cambio de marchas. Él lo controla y guía mi mano cada vez que metemos una nueva.
Dos días antes nos habíamos encontrado en la Estación de Santa Justa. Pero antes hace 20 días, habíamos compartido un amanecer de película en Lisboa a ritmo del My Way de Frank Sinatra. Ese día nos miramos y hubo algo de magia. Luego nos separamos. Él debía volver a Sevilla. Durante tres semanas hablamos y nos mensajeámos. Dudábamos si la magia de ese primer encuentro era consecuencia de la energía de Lisboa, del alcohol, de las drogas y de Frank Sinatra…
Teníamos que despejar la incógnita. Y ambos con miedo decidimos darnos una oportunidad en Cádiz. Tal vez, el rincón de la península donde la luz es más pura y te ayuda a verlo todo mucho mejor.
Y nos encontramos el viernes al mediodía en Santa Justa, nos reconocimos, nos abrazamos tímidamente y nos montamos en su coche dirección los Caños de Meca. Yo había grabado música para el viaje, un regalo… Había confeccionado la banda sonora de esos días: Sinatra, Chet Baker, La costa Brava, Postal Service, Pet Shop Boys, La Casa Azul, Vincent Delerm y muchos más que fueron sonando mientras atravesábamos el bajo Guadalquivir y José Antonio me mostraba los pueblos en lo que había crecido y yo le explicaba porqué “los planetas” hacían poesía de la experiencia en “Un buen día” o le hablaba de la crónica de una separación a través de “la Buena Vida”.
Pero había tensión… teníamos dos días para conocernos… llegamos al Hotel… a la habitación… más tensión… El hotel no está mal, pensamos los dos… Nos echamos en las camas. No sabíamos que hacer. Él mostró su inseguridad… terminé una historia hace menos de dos meses, necesito tiempo… Yo entendí que me decía: no creo que follemos… y pensé… si quiere tiempo… tenemos todo el del mundo… Y mientras la luz se diluía por la ventana, los miedos hicieron lo mismo… José Antonio se quitó la camiseta y yo, tímidamente, le acaricié la espalda… Nos miramos y lentamente… mientras la luz desaparecía nos besamos.
Cuando nos dimos cuenta era cerca de medianoche y no habíamos cenado. Compartimos nuestra primera cena y una botella de vino de la tierra. Descubrí que él come poco y yo que los nervios me hacen comer mucho y muy rápido… y más si el pescado es bueno. Luego sentados en unos escaleras y con el mar de fondo compartimos mojito y coca cola (era él quien conducía).
Dormimos… él busco una manta para el frío… y al despertar nos fundimos en un nuevo abrazo. Buscamos el pasado de estas tierras en Bolonia, nos bañamos en su mar-océano… Mis amigos están cerca pero no nos cruzamos… aunque yo intuyo su presencia que me arropa… Nos untamos de arcilla y nuestra piel se vuelve sube al tacto mutuo… y el sol se esconde en las dunas de Bolonia mientras saboreo un nuevo mojito…
Al volver al hotel le duele la cabeza… yo con mis inseguridades, pienso que algo no va… Intuyo una distancia… pero los abrazos me serenan. Cree que una cena le reconfortará y lo hacemos en el restaurante del hotel. Yo pido un pescado de la zona: Borriquetas y menudo sabor… Él me pide un espidifén para su cabeza… Y me pide que no salgamos… A mí no me importa… volvemos a la habitación y es en ese momento cuando las máscaras caen… desnudos, uno frente al otro, empezamos a disfrutarnos… en medio de la noche, esta vez, yo tengo frío y él me hace entrar en calor.
Nos levantamos a la hora de dejar el hotel y nos vamos para Zahara de los Atunes y su playa de los Alemanes… Un lugar mágico donde la arquitectura de hoy se conjuga con la naturaleza… y empiezan las confesiones… él me dice que se excita si lo toco y me explica sus reticencias a expresar sus sentimientos en público… lo escucho y lo entiendo… Entiendo mi prisa… mi evolución… y me hipnotiza… y comenzamos a jugar con nuestras respectivas excitaciones… comemos Atún de la almadraba y ternera de la mejor... y seguimos confesándonos más trozos de nuestra vida… tengo la sensación de que el finde se escapa y necesito más tiempo… tiempo para más cenas, para más baños, para más arcilla, para abrazarnos en la cama y mirarnos… pero sólo nos queda un viaje en su coche de Zahara a Sevilla… Paramos en su heladería favorita de Barbate… y saboreamos helados de tarta de queso y turrón… y con la banda sonora del viaje iniciamos el regreso…
Observo su mano que la lleva en el cambio de marcha, de vez en cuando me roza mi rodilla… me excito… acaricio su mano con la mía… Él me mira excitado… y coloca su mano sobre la mía… y me invita a manejar las marchas pero dirigidas por él… lo miro y le digo…
- Me gustan tus manos.
- Te las cambio por las tuyas, responde, y de esa forma dejarías de comerte las uñas.
16 comentarios:
Antonio, me parece un texto precioso, un texto cierto, que habla de la vida y de senitmientos reales. Descubrir por primera vez a una persona, poco a poco, saber sus manías, sus miedos... Las manos son una de las cosas que más me atraen, unas manos cuidadas pero fuertes en un chico... perfectas, si sabe usarlas también...
Y esas escapadas de hotel y fin de semana... no tienen precio. Yo necesito una.
Un abrazo.
Ana.
Sería muy bonito hacerlo película.
Un abrazo!
qué ganas tengo de verte, de conocerteeeeeeeeeeeee y lo.
esta tarde llego a Madrí, necesito energia,y recargar de nuevo las pilas de la vida. esta primera semana aqui esta siendo regular animicamente.
tq, miau
Eres único, Antonio. Todos lo somos en el fondo, pero en ti es pura y fabulosa evidencia. Gracias por llevarme a tu adolescencia esta mañana de resaca, divina adolescencia que, espero, no se nos acabe jamas. La cronica de ese viaje de tus manos a las suyas es un regalo mas que agradecerte.
Mil besos.
uff que de pasión contenida, me recuerda a lost in traslation pero con sexo...a in the mood for love pero con otra banda sonora y caricias...
maravilloso viaje, por cierto estuvimos muy cerca, casi a ciegas nos tocamos.
un beso amigo
El encuentro del otro,
la excitación de lo que comienza y puede que no llegue a ser,
o quizás sí.
La aventura del descubrimiento,
del dejarse descubrir...
Riesgos que merecen la pena.
Un abrazo y suerte.
De Lisboa al sur y del sur, ¿a donde?
menuda cruz, si... imagino que andas ya por madrid, si no es así mañana te invitaría encantadísima...
me veo reflejada en muchas de tus inquietudes y reacciones. Será el sino de virgo... que cruz, si..!! y las manos... si yo te contara...
por cierto, te gusta el tema de spiritualized? me he enganchado...
Si es que en la costa gaditana cualquier fantasía puede hacerse realidad... debe ser la luz, el mar, el viento o el pescado, quien lo sabe... espero que sea la primera de multitud de escapadas. Un saludo.
Cuando escribes desde adentro hacia afuera das miedo.
TODA la suerte que te mereces¡¡
Un beso.
Menudo veranito estás teniendo,.. ya tienes las pilas cargadas para todo el año.
Yo creo que lo que le pasaba al principio es que necesitaba el Espidifén y ya está: me alegro mucho de que estés viviendo estas experiencias tan bonitas, que dan sentido a la vida, tengan o no continuidad.
Y soy de tu especie: las manos son esenciales.
De sus manos ya sabrás tu, pero de sus ojos.... sus ojos y la pureza que destila, me han cautivao...Disfrútalo, amigo.
Un enorme beso que poco a poco se irá poniendo al día...aun en contra de su voluntad.
TQ.
R.
eeee, esta historia ta güena, a ver pa cuando la continuaciòn
¡Qué bien descubrir un blog bien escrito, sincero, emocionante! En los comentarios alguien que te conoce te dice que eres único; todos lo somos, es cierto. Pero por otro lado, algo se enciende, una chispa salta cuando te descubres reflejado en el relato emocionado -y en esa pasión cinéfila: yo también tuve una época, a finales de los 90, en la que iba al cine 3-4 veces por semana- de alguien a quien no conoces.
(Y además, que cites a Vincent Delerm)
Enhorabuena; gracias por compartir.
Un saludo.
Vipy
Hola, Antonio: Gracias por dejar tu comentario en mi viejísimo blog. Entre los planes para el nuevo curso figura devolverle un poco la vida, escribir en él al menos una vez por semana.
Desde que descubrí por azar EL ANO DEL PERRO, tengo ganas de meterme de lleno en las entradas que has escrito y saborearlas. Pero se cruzan las obligaciones, los compromisos, otros deseos. Poco a poco iré leyéndote. Lo poco que he leído hasta ahora me ha enganchado.
Me preguntas que quién soy. No sé cómo responder en realidad. Soy un hombre: canoso, enamorado, curioso (en los dos sentidos: siento curiosidad hacia todo lo que me rodea y tengo mis complejidades). Me interesa sobre todo la comunicación, el sentirme entendido y abrir las orejas para comprender al otro.
Vivo en Granada desde hace 4 años. Antes viví en Córdoba, Madrid y varias ciudades francesas.
Lo dicho: seguiré leyéndote.
Ánimo con la creación teatral.
Y con la otra: la de la Vida.
¡Como me encanta verte así, enamorado, tó pá fuera y sobre todo, feliz!. Te lo mereces, ¡vívelo, siéntelo, ámalo!, que yo lo vivo contigo y me recargo con estas energias maravillosas que nos crecen.
Te amo!!
Publicar un comentario