Llevo 21 días desenganchado del mundo de los blogs. Razón ninguna. Simplemente no encontraba nada que decir y no quería ver que todos los demás tenían mucho que contar. En estos más de dos años que llevo escribiendo siempre tenía algo que contar, algo sobre mí que me parecía interesante, pero en estos 21 días, el mismo número que el día de mi cumpleaños y el día que hice la primera comunión y me comí a Dios enterito, no he encontrado nada que compartir. No quería compartir que estaba escribiendo un guión sobre Cayetana de Alba y que se nos atrancaba el segundo capítulo y que un día de repente vimos la solución y todo empezó a funcionar. Ni que mi relación empezaba a serenarse y que lo que había empezado siendo bueno ahora era mucho mejor. Ni que mi primo Jesús se casó con Rosalía y que me gustó verlo tan feliz y a ella tan radiante. Ni que me tuve que encerrar en mi piso de Fuengirola para centrarme y poder terminar en un tiempo record el capitulo de Cayetana. Ni que allí me di cuenta que California está más cerca de lo que piensas. Ni que viaje a Lisboa y fui feliz pero una reunión de trabajo trunco mi apreciada felicidad y me hizo volver a Madrid… Me parecían cosas mundanas, simples e insignificantes. Cosas a las que no sabía como ponerle la literatura necesaria para hacerlas interesantes…
Hasta que una tarde caminando solo por las calles de Lisboa, una tarde gris, donde percibes como una borrasca llena de agua entra desde el atlántico para atravesar toda la Península Ibérica… bajando una cuesta lisboeta con mi ipod conectado a mis cascos verdes y a todo volumen… comenzó a sonar uno de los más bellos temas que he escuchado: Music is a princess de Prefab Sprout. Entonces me di cuenta que la felicidad llega a borbotones de no más de cuatro minutos, como una buena canción pop. Era feliz, sólo por 3 minutos y 32 segundos… caminaba, disfrutaba con la luz gris de esa tarde, los edificios elegantes y decadentes de Lisboa me vigilaban y yo a ellos, sentía que estaba donde quería, era un poco de allí, iba a recoger a Filipe del estudio de arquitectos donde trabaja y no necesitaba más… la felicidad se esconde en una buena canción pop… y Prefab Spraut había convertido mi vida en un video clip durante 3 minutos y 22 segundos.
A la mañana siguiente, al despertar, Filipe y yo tuvimos 3 minutos y algún segundo más de sexo fantástico. Fue rápido, salvaje, apasionado, perfecto y le susurré esto es la felicidad. Él me respondió que con que poco me conformaba. Entonces le expliqué mi teoría de que la felicidad se esconde en una canción pop y que en una vida puede estar llena de canciones… y lo mágico es saber reconocerlas y tararearlas… hacer tuyo ese breve lapso de tiempo… que nada es eterno… y la felicidad tampoco lo es…
8 comentarios:
Ufff prueba PORTO
(si yo fuera una casa este sería el lugar donde querría estar)
y cuidate
¿qué es lo que quiere decir cuando categóricamente advierte lo “poco que te conforma”??...amos, Filipe…imagino que esta reflexión es propia de una inexperiencia vital, más ligada a la práctica que a la edad. Mi amigo es un “astronauta con mal de alturas”. Especialista en encontrar nuevas galaxias en las cosas más diminutas (a los sentidos de los demás). Así es como él encuentra los cuerpos celestes que otras gentes nunca conseguirán tocar….Camina una calle pendiente de una lisboa más que pateada, le aplica una buena banda sonora a ese instante, y transforma el momento en un universo inexplorado hasta entonces…
Un besazo desde la estación de tránsito.
R.
Cuánto te entiendo... He vivido esa misma sensación caminando por la calle, camino de nuestra nueva casa... y con música en los oídos... haciendo momentos mágicos de cosas simple y rutinarias.
Cuando la gente dice que la vida real no es como una película, es porque no nos acompaña determinada música en según qué momentos. Si nosotros somos capaces de añadirla, seremos dueños de momentos tan mágicos como el que describes.
Puestos a hablar de felicidad, andamos algo coordinados, ahora que somos felices a ratos. Os dejo el nuevo blog: http://400golpescontralapared.blogspot.com/
Un abrazo que te daré en breve.
Ana
he leido como muchas veces tu reflexiones, pero esta, la verdad, es que me has dado en algo que pensar...en por lo menos ser feliz...un abrazo
La perfecta felicidad no existe pero la perfecta infelicidad tampoco
Afortunados los que en la sencillez encuentran felicidad... ¡qué mayor riqueza!
Te quiero
qué bonita canción...la verdad es que la sensación de felicidad que provocan las canciones no lo produce apenas nada...es lo mejor...Viva el pop, y bienvenido de nuevo a los blogs. Besos guapo.
Siempre tienes cosas interesantes que contar... lo que sucede es que a veces la realidad nos pasa por encima.
Veo que Lisboa sigue siendo fuente inagotable de inspiración y de vivencias buenas para tí: qué suerte, y qué bonito.
(Dime cuando pinchas en La Sueca y voy a verte: así te abrazo en directo).
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