LA CULPA DE TODO LA TIENE EL CINE

La culpa de todo la tiene el cine, o las series de televisión e incluso alguna que otra obra de teatro, es decir que la culpa de todo la tiene la ficción y las malditas leyes y reglas que la organizan. Sí, os puedo asegurar como profesor de guión que soy, que toda historia que se nos narra (ya sea una película o una serie de televisión) tiene una serie de normas que estableció Aristoteles en su poética y hollywood las convirtió en el catecismo del buen guionista. Y esa serie de normas se pueden resumir en dos: primera, toda causa tiene u efecto o lo que es lo mismo toda acción tiene una reacción, y segunda, que la casualidad no es creible en el cine pero sí en la vida diaria. Y diréis, a los que hayan llegado hasta aquí, a que viene todo este rollo, pues viene a que la vida nunca es como el cine, por eso inventamos las peliculas, para hacer la vida causal y poder imaginar que lo que queremos que se cumpla, se cumpla... En la vida nada es lo que parece, cuando ocurre algo, cuando tú crees ver una señal y crees adivinar lo que vendrá acontinuación, generalmente te equivocas. Por ejemplo, me cuenta una amiga que superá los cuarenta que empezó una extraña relación de amistad con un chaval de 20, eran amigos... él le escribía mensajes preciosos y ella creyó leer entre lineas, quiso ver señales y se dejó llevar por dichas supuestas señales... pero todo era fruto de su imaginació. En una película esas señales hubieran llevado a algo concreto, sin duda había una causa (las señales en los mensajes) que llevaba a un efecto (en el cine mi amiga hubiera tenido una extraña relación con su joven amigo), pero en la vida diaria, esas señales no son causa, son solo imaginaciones de mi amiga que quiere que su vida se parezca a una bella película, por ejemplo a "Verano del 42" o al "Graduado". Y ese es el problema, tenemos la cabeza llena de bellas historias, de bellas imagenes mezcladas con bellas melodias (aunque estas historias sean tristes) y cuando intentamos que nuestra vida se parezca aunque sea un solo minuto a una película, no ocurre y nos llevamos el chancletazo o batacazo. En la vida nada es previsible, no podemos saber que vendrá a continuación, no podemos nunca averiguar que pasará mañana, hay miles de casualidades que hacen que lo que tú deseas no llegues nunca a conseguirlo. Las señales las crees ver tú y no las lanza el otro, no hay causa y efecto, sino que todo está en un extraño devenir donde rara vez la causa y efecto coincide... Nada es lo que parece y lo que parece no es... por eso te frustras cuando esperas que pase algo mágico a tu alrededor y ese algo no pasa, te frustras y te metes en tu casa a ver películas de cine yanqui y a ponerte gord@ de comer chocolate o palomitas hechas en el microondas.
El cine te aporta esa otra vida que a tú sueñas con tener y no tienes, te regala las historias que nunca tendrás, te hace creer que tu vida es tan maravillosa como la de los protagonistas de sus películas... luego la vida es mediocre, llena de historias frustradas que solo viven en la imaginación de cada uno de nosotros... historias que algún día, algún guionista convertira en una bella sinfonía de cuasas y efecto... estoy seguro que si alguna vez, me decido a escribir, en cine o teatro, la historia de mi amiga con su joven amigo, no evitaré que tengan uno de los polvos más salvajes de la historia del cine (en mi guión las señales que creía ver mis amigas serán ciertas y seran la cuasa para que terminen en la cama, el efecto), aunque al final de la película mi amiga (en este caso su personaje) terminé abandonada y destrozada no le evitaré ese gusto pa su cuerpo, ya que mi amiga, en la actualidad, está igual de destrozada y abandonada y encima sin polvo...






Por cierto, quienes no hayan visto estas dos mágnificas películas les recomiendo que las vean y que imaginen por unas horas que son algunos de sus protagonistas.