sábado, 13 de noviembre de 2010

MÁLAGA Y COMBATIENTES

El paseo marítimo de Fuengirola, personas que corren, un sol de otoño, la mar serena y limpia, una mañana de sábado, de banda sonora el último disco de Arcade Fire. Busco vinculaciones con esta ciudad, con la Costa del Sol, con Málaga. Viajo a mi infancia, a los veranos de los 70 y los 80... Pisos que se alquilan para pasar días de Julio y Agosto, de Fuengirola a Pinomar en Marbella... Vacaciones compartidas con tíos y primos, peleas de niños, cines de verano con el mar de fondo... Me hice adolescente y dejé de veranear con mis padres, prefería pasar el estío en el pueblo: moto nueva, bebidas alcohólicas, sexo entre olivos y el mar se sustituye por el azul de piscinas lisérgicas al anochecer y al amanecer... Años de facultad y veranos con amigos, cerca de otros mares: Descubres el Atlántico de Huelva y el Mediterráneo de Granada, las calas y el nudismo de Almería, Murcia, su mar menor y su salvaje mar mayor... Otras veces lejos del mar y disfrutas el turismo de interior y Cuenca se convierte en un lugar auténtico, extemporáneo y abstracto... Hasta que las vacaciones las consagras al cine y las haces coincidir con Donostia, su festival de Cine y su cantábrico....
De esa forma fue como llegó el nuevo milenio y yo escribo una obra de teatro: la última casa de putas del mundo. Con la que gano el premio Romero Esteo y el  Centro Andaluz de Teatro decide montarla y para ser políticamente más correctos, ya que la obra no lo es, deciden titularla Combatientes. Y dos de los tres combatientes los interpretan actores malagueños, Cati y Zurita, y la tercera combatiente lo hace magistralmente una sevillana, mi Candela de mi arma. Cuando la obra se estrena en Málaga, tengo que venir a la rueda de prensa de presentación. Hacía más de quince años que no pisaba la costa del sol y hasta aquí que me vine. Málaga me recibió llena de sol, también era noviembre y Zurita fue el anfitrión y el cicerone perfecto. Recorrimos bares, tabernas, cafés, calles, me enamoró la plaza de la Mercé, locales de lo más lumpes y hablamos sobre la obra, sobre sus personajes, sobre el mundo que describía: soldados llenos de testosterona, violencia masculina, amor femenino, guerras ilógicas, putas cojas y madres... Un texto que me ayuda a crecer como dramaturgo... Han pasado diez años y la costa del sol y Málaga se ha convertido en un lugar importante en mi vida. Mi madre nos regalo un apartamento, era el sueño de mi padre: pasar su vejez aquí... Él no lo pudo hacer realidad pero nosotros lo estamos haciendo por él... La costa del sol es un lugar anónimo, un lugar que no es de nadie, con una estética feista, que atesora los mayores errores urbanísticos del mundo... Pero donde me gusta evadirme para escribir, para sopesar y pensar, donde me reúno con mi familia, donde me encuentro con Dani para no parar de reír... Aquí, Hoy, Diez años después, otros locos malagueños, conquistados por el veneno del teatro y sin conocerme, sin saber mis vínculos con esta tierra, descubren el texto de Combatientes y deciden ponerlo en pie. Hacer que eso soldados frustrados vuelvan a descargar su testosterona sobre una maravillosa puta, coja, madre, amante y mujer... Hoy se estrena, en una sala pequeña... Pero quería estar aquí, en Málaga, combatiendo con ellos...